Escúchelo, escúchese, y déjenos su opinión.
El programa A Fondo con la Reforma Constitucional medió entre las participaciones de los radiopensantes por teléfono y múltiples mensajes de texto, para llegar a conclusiones sobre la violencia y su papel en la conflictividad política debida a la polarización que desde hace años sufre el país. Esa misma polarización que hoy hace a distintos sectores de la población justificar la violencia ejercida por uno y otro lado de la pugna.
Un oyente tuvo la generosidad de enviarnos la siguiente reflexión:
"Una sola realidad vista con diferentes cristales nos hace verla diferente. Espero no verla a través de las lágrimas"
Esa misma polarización que le niega la condición humana al otro y convierte a aquellos que no piensan igual en "enemigos", fue la que Fe y Alegría rechazó en el 2002 cuando se satanizaba a los Círculos Bolivarianos como "hordas", "Círculos del terror", y otras desafortunadas descalificaciones. Es la misma satanización que se vio ayer con los estudiantes universitarios, que han sido tachados de "fascistas", "golpistas" y "pagados de la CIA" por diversas autoridades nacionales, que deberían garantizar pluralidad e igualdad en el trato a todos los ciudadanos.
Las confrontaciones de calle por las manifestaciones del sector universitario se han acrecentado en los últimos días con más intensidad que las movilizaciones vistas en meses pasado por la salida del aire del canal RCTV. El punto de comparación no es gratuito pues el conflicto con el medio de comunicación fue un disparador para que se activaran las comunidades universitarias, organizadas sobre la marcha, y tomaran las calles para numerosas movilizaciones.
Contamos entre las llamadas de oyentes de todo el país con la participación de María Emilia López, miembro de la ONG Fortalecer la paz en Venezuela, que nos dijo:"En este momento, lo que más claro debemos tener es que necesitamos deslegitimar la violencia, la violencia no contribuye absolutamente a nada. Deslegitimarla es no creer en ella como medio de resolución de conflicto. La violencia trae destrucción, trae llanto, desesperación y tristeza. Y todos y todas perdemos".Javier Barrios y Laura Weffer, que fungieron como administradores de la rueda de discusión, perfilaron las siguientes reflexiones:
- No podemos aceptar la violencia venga de donde venga. No la podemos aceptar ni justificar. Y debemos seguir avanzando a que las fuerzas policiales y armadas mantengan una conducta de respeto a los ciudadanos que protesten. Pero también, que los ciudadanos que decidan protestar cumplan las reglas del juego que se han acordado para una manifestación.
- Quizá lo más importante que es no caer en la satanización. En estos momentos es peor ser tachado de imperialista o lacayo del imperio por dudar sobre la reforma que recibir un rolazo.
- Preocupa ver a un canal de televisión comercial intentando demostrar una tesis, y luego a un canal del gobierno tratando de convencer a la gente de una tesis contraria. Es mejor aplicar una "duda metódica" para recibir los mensajes de los medios de comunicación de ambos lados.
- Las imágenes no bastan para comprender la realidad. A veces hacen falta más de mil palabras, pero hacer el esfuerzo para que las cosas queden claras.
- Con la violencia todos saldremos perdiendo. No es lo mismo el acto político que un delito, y esos límites deben definirlos los manifestantes y las autoridades.
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