Miguel Ángel Latouche: "estamos sujetos a la interpretación que el Presidente haga de los enunciados"


Miguel Ángel Latouche, internacionalista y profesor de Gobernabilidad y Negociación de conflictos en la UCV, estuvo con nosotros para revisar los cambios propuestos en la reforma constitucional sobre la política exterior de Venezuela y sus prácticas actuales. El profesor hizo un recorrido previo por el significado de la concepción de una constitución como una construcción moral que define las reglas del juego y los valores sociopolíticos con los que los ciudadanos de un país construye su convivencia.

Algunas ideas apuntadas por el profesor Latouche

- El poder constituido es el poder del cual deriva la construcción moral venezolana: el presidente, los gobernadores, la asamblea. Mientras que el poder constituyente es el porta el pueblo y puede expresarse como una asamblea nacional constituyente.

- Dede la revolución francesa, hemos venido construyendo espacios de libertad, en los cuales juega la autonomía del sujeto. Es decir, el sujeto que actúa libremente y de manera responsable, que interactúa con otro y que tiene derechos qué exigir y deberes qué cumplir.
El problema es ¿Qué hacemos con el tema de la libertad?, ese no es un tema sólo de la burguesía o de las clases populares, esto es un tema universal. Todos queremos ser libres en principio. Ser libre implica tener la posibilidad efectiva de definir cuáles son las cosas que aspiro alcanzar en el transcurso de mi vida y que esas cosas dependen de mí mismo y no de un agente externo.

- Uno encuentra que el proyecto de reforma constitucional es una propuesta que define qué cosa es ser venezolano y qué cosa garantiza la felicidad de los venezolanos, pero que es externa a la totalidad de los intereses que se encuentran presentes en el juego político venezolano, es decir, alguien va a decidir por mí qué es lo que me genera felicidad, y eso restringe mi libertad.

- No hemos discutido ni consensuado como pueblo la política exterior antimperialista.

- Sobre la definición de los fines: si toda la crítica que de la democracia participativa se hace a los principios de representación tienen que ver precisamente con el hecho de que la gente solamente participa en el momento electoral, ¿Por qué nosotros dejamos esa "definición de fines" únicamente referenciada al momento electoral? ¿Por qué no se me solicita como ciudadano que participe en una gran discusión pública, de carácter constituyente, para determinar cuáles son los valores bajos los cuáles los venezolanos queremos convivir?

Sobre los artículo 152 y 153, que no fueron propuestos por el presidente sino por la Asamblea Nacional:

- Los enunciados que se señalan en los artículos casi son inobjetables, el problema es desde dónde se construyen esos enunciados y las consecuencias efectivas que esos enunciados tienen en un sistema de política exterior en el que no está contemplado que el Presidente tenga algún tipo de regulación.
Se entiende que el Presidente es el gran representante de los intereses nacionales pero no existe la posibilidad de controlar sus decisiones. Por lo tanto estamos sujetos a la interpretación que el Presidente haga de esos enunciados, por ejemplo ¿Qué cosa es el antimperilaismo o la integración?
Entonces, el interés de los venezolanos pasa a ser definido por una sola persona. Una sola persona define qué cosa es de interés para los venezolanos y la nación como totalidad.

- El problema con el proyecto de integración latinoamericano, que ha dicho el presidente que incluye a Cuba, sería cómo conjugar el sistema venezolano democrático con un sistema como el cubano. Ahora el proceso de construcción de la política exterior está definida única y exclusivamente desde la presidencia, por lo que no se toma en cuenta el papel de la Cancilleria, que deja de ser un órgano de consulta para ser una dependencia técnica.
Todos queremos la integración y un mundo pluriporal, en principio, el problema es cuál es la carga ideológica desde la que se generan esos enunciados, es lo que no me queda claro. Si vamos a confrontar la hegemonía de los Estados Unidos, cómo lo haremos, ¿con Bielorrusia e Irán? ¿con alianzas estratégicas no democráticas?.

La relación del presidente y la sociedad deben pasar por instancias de intermediación. El presidente puede equivocarse, es el problema, si toma todas las decisiones y no tiene contrapesos ni intermediaciones, estamos aceptando que es moralmente superior y que entonces no se equivoca.


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1 comentario:

Anónimo dijo...

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