Es más fácil la convivencia entre defensores del Sí y el No

LAURA WEFFER CIFUENTES
El Nacional. C1. 23/11/07

Alí Morillo sufragará por primera vez y va a votar No. Luis Luna es un convencido de las buenas intenciones del Gobierno y acudirá a las urnas por el Sí. Winston Ferrer está desencantado y el 2 de diciembre se quedará en la casa.

Para ellos, la discusión política es sólo un asunto más. No hacen de sus diferencias un punto de honor y han logrado que su amistad trascienda la polarización y los radicalismos. Los tres son vecinos, habitantes de Petare, están convencidos de sus puntos de vista, y quizás por eso no tienen temor al debate.

"Uno se imagina que un día llegue un paparazzi y le tome una foto a Chávez echándose un traguito con Manuel Rosales, y entonces queda toda esa pelea y también todos los problemas. ¿De verdad vale la pena esa matadera?", dice Ferrer, que labora desde hace años en las empresas Polar. Inmediatamente sonríe con Luna, quien le responde: "Yo sí voy a votar por el Sí. Hay mucha gente que asegura que nos van a quitar todo y que el Presidente se va a quedar en el poder para siempre. Pero nada de eso es verdad. A mí nadie me va a quitar mi negocio (una pequeña venta de aceites para carros); y si hay candidatos, pues que se presenten contra Chávez, y listo. El pueblo decidirá".

Morillo se explaya un poco más en la explicación. Jamás ha acudido a sufragar, pero asegura que aparece en las actas como si lo hubiera hecho. Por tanto, esta vez se decidió. "Para que no hagan lo que quieran con mi voto, ahora sí voy a ir. Yo estoy con el comandante, pero hasta cierto punto. La verdad es que no entiendo mucho de la reforma, pero la estudio con mi hija, que es bachiller y ya decidí que voy a votar por el No".

Estos tres hombres son un ejemplo de la convivencia posible, de quienes han transitado los momentos más críticos de la confrontación política y los han superado, sin daños colaterales.

Desde el estómago
"La discusión sobre la reforma ha activado la polarización. Sin embargo, no son los mismos niveles que experimentamos en años anteriores; ahora está más controlada", según la psicóloga social Mireya Lozada. "Hemos aprendido. A pesar de que se activan momentos, con focos de exacerbación emotiva, estos no permanecen, porque hay elementos mediadores. Mecanismos de los grupos sociales que sirven de mediación y no dejan que esas expresiones avancen".

María Emilia López, integrante de la organización Fortalecer la Paz en Venezuela, diferencia un antes y un después. Señala que aunque la polarización sigue existiendo, ahora no está partida por la mitad. "En 2002 había dos bloques, `fuera Chávez’ o `viva Chávez’; ahora hay mayor discernimiento del contexto.

Hoy se ven más los aspectos por separado". Lozada, por su parte, considera positivo el hecho de que se visibilicen los tres sectores que en este momento entran en juego para el referéndum del 2 de diciembre, y destaca el hecho de que antes esto no era posible.

También rescata el reconocimiento de la pluralidad de ideas. "En El Valle, por ejemplo, algunos simpatizantes del Gobierno dicen sí, pero no. Con esto se demuestra que la gente genera capacidad de crítica".

Igual ocurre con la oposición, sector en el que es posible encontrar a personas que tradicionalmente han defendido el abstencionismo, pero que esta vez acudirán a las urnas.

"Siento que hemos madurado un poco, y esto se demuestra por el hecho de que podamos separar en lo que estamos de acuerdo y en lo que no. Se observan una independencia que no se veía hace cuatro años porque antes las opiniones salían del abdomen", afirma López.

A pesar de que ambas especialistas coinciden en que ha disminuido la intensidad de la polarización, no dejan de tomar en cuenta la persistencia de grupos radicales. La diferencia reside, de acuerdo con Lozada, en la actitud de la gente, que ahora está más alerta porque teme lo que pueda deparar el futuro.

"La emocionalidad está a flor de piel, como siempre en la campaña", indica López. Añade que no hay un compromiso real, más allá del discursivo, hacia la no violencia. Pero aun dentro de esa tendencia, en los más altos niveles, también hay quienes se deciden a hacerlo práctica de vida. Tal es el caso de Alí, Luis y Winston. Para Lozada, ejemplos como este "dan cuenta del agotamiento de la polarización, que tiende a ceder por la capacidad de resistencia de la población; si seguimos hacia la crispación derivamos en la confrontación, y ante este escenario entonces se buscan cauces".

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2 comentarios:

Bandera Negra dijo...

la clave es
la constitucion es para gobernar a las minorias
no para aplastarlas

pierde todo sentido

la pregunta es

¿quieres ser esclavo?

salud,

Bandera Negra
*******

Anónimo dijo...

Ante todo le digo al amigo Bandera Negra lo siguiente: tdos podemos discernir en muchos puntos, pero la libertad de cada quien de expresar su opinión no puede vulnerar e irrespetar a lo que por ley se debe respetar, los símbolos patrios hay que respetarlos y cuando usted coloca una bandera de Venezuela Negra, distinta a las que a lo largo de la historia hemos tenido, simplemente se puede considerar como irrespeto. La tolerancia y respeto a las ideas con las que no comulgamos deben estar por encima de todo, siempre y cuando este dentro de la legalidad y el respeto de las leyes y de nuestros símbolos patrios. En Venezuela debemos respetarnos mutuamente y debemos saber que somos aproximadamente 28 millones de persona y todos pensamos diferente, nadie es igual a otro y si queremos avanzar y evolucionar como cualquier nación, debemos respertar nuestras diferencias en el marco de la ley.